La economista de la Universidad Católica, Vivianne Blanlot, fue electa presidenta del Consejo para la Transparencia en octubre de 2014 y ocupará el cargo hasta abril de 2016.
La voz del Consejo para la Transparencia se vuelve aún más relevante en momentos en que distintas investigaciones revelan irregularidades y malas prácticas en el mundo del empresariado y de la política. La presidenta de la entidad, Vivianne Blanlot, aborda este escenario.
-¿Cuál es la salida a la actual crisis?
-Lo que tenemos hoy, más que una crisis política, es una crisis de confianza de la ciudadanía hacia quienes tienen influencia y poder. Aunque parezca que estoy vendiendo mi producto, esto no se remedia con una pura medida en el corto plazo, sino con mayor transparencia. Por lo tanto, hay tres elementos fundamentales: profundizar la transparencia en las organizaciones del Estado que tienen poder en cuanto a decisiones que afectan a la ciudadanía; segundo, establecer órganos autónomos que supervigilen que se cumpla con esos niveles de transparencia y de acceso a la información; y, tercero, de una vez por todas legislar sobre el financiamiento de la política, que tiene que dar garantía al ciudadano de que por medio del dinero no se influye en la política. En lo personal, pienso que no hay en Chile una gran influencia del dinero en la política. Tampoco hay un problema importante de soborno o captura de las autoridades por parte de quienes tienen poder económico. Pero, si es que hay un ambiente en que se empieza a dudar de eso, ya es suficientemente grave y por lo tanto, hay que actuar.
-¿En qué sentido no hay gran influencia del dinero en la política?
-Si nos comparamos con lo que ocurre en el resto del mundo, hay muchos países donde las autoridades se enriquecen cuando están en su cargo y donde claramente las políticas son influidas por aquellos que tienen intereses económicos que dependen de aquellas políticas. Nosotros no tenemos esa discusión. Las discusiones políticas se dan en el Congreso, reflejan posturas ideológicas y yo no conozco de ningún caso en que haya habido una clara influencia del dinero en las decisiones de políticas públicas. Lo que sí ha habido y que molesta a la ciudadanía, es que el acceso a opinar de aquellos que tienen mayor poder político o económico, es mayor. Sin ser eso corrupción, sí hay un desequilibrio en el poder y es importante remediarlo.
-¿Cree que llamar a elecciones parlamentarias anticipadas, sería una solución al actual complejo escenario? Algunos así lo han planteado.
-Estamos muy lejos de una crisis política que llame a elecciones anticipadas. Francamente estoy completamente en desacuerdo, tenemos que cuidar nuestra estabilidad democrática.
-¿Cuál es la salida a la actual crisis?
-Lo que tenemos hoy, más que una crisis política, es una crisis de confianza de la ciudadanía hacia quienes tienen influencia y poder. Aunque parezca que estoy vendiendo mi producto, esto no se remedia con una pura medida en el corto plazo, sino con mayor transparencia. Por lo tanto, hay tres elementos fundamentales: profundizar la transparencia en las organizaciones del Estado que tienen poder en cuanto a decisiones que afectan a la ciudadanía; segundo, establecer órganos autónomos que supervigilen que se cumpla con esos niveles de transparencia y de acceso a la información; y, tercero, de una vez por todas legislar sobre el financiamiento de la política, que tiene que dar garantía al ciudadano de que por medio del dinero no se influye en la política. En lo personal, pienso que no hay en Chile una gran influencia del dinero en la política. Tampoco hay un problema importante de soborno o captura de las autoridades por parte de quienes tienen poder económico. Pero, si es que hay un ambiente en que se empieza a dudar de eso, ya es suficientemente grave y por lo tanto, hay que actuar.
-¿En qué sentido no hay gran influencia del dinero en la política?
-Si nos comparamos con lo que ocurre en el resto del mundo, hay muchos países donde las autoridades se enriquecen cuando están en su cargo y donde claramente las políticas son influidas por aquellos que tienen intereses económicos que dependen de aquellas políticas. Nosotros no tenemos esa discusión. Las discusiones políticas se dan en el Congreso, reflejan posturas ideológicas y yo no conozco de ningún caso en que haya habido una clara influencia del dinero en las decisiones de políticas públicas. Lo que sí ha habido y que molesta a la ciudadanía, es que el acceso a opinar de aquellos que tienen mayor poder político o económico, es mayor. Sin ser eso corrupción, sí hay un desequilibrio en el poder y es importante remediarlo.
-¿Cree que llamar a elecciones parlamentarias anticipadas, sería una solución al actual complejo escenario? Algunos así lo han planteado.
-Estamos muy lejos de una crisis política que llame a elecciones anticipadas. Francamente estoy completamente en desacuerdo, tenemos que cuidar nuestra estabilidad democrática.
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