Se espera que la mandataria de un golpe de timón en el corto plazo.
Estas semanas el foco de los casos de corrupción estuvo asentado en el corazón del gobierno. La Moneda ha debido sobrellevar a duras penas los vaivenes del caso Caval, que afecta directamente a la presidenta Michelle Bachelet -a través de su nuera, Natalia Compagnon-, y SQM cuyas esquirlas no lograron detener las gruesas paredes del gabinete del ministro de Interior, Rodrigo Peñailillo, brazo derecho de la mandataria.
Adicionalmente, los partidos que dan sustento al gobierno, cual más cual menos, ha sido afectado también por el descrédito de los casos de financiamiento irregular de las campañas.
En nivel de crispación ha llegado a un extremo en que la pregunta es si se podrá salir de la crisis, pero principalmente cómo se hará. Sobre todo cuando en medio de este complicado proceso los estudiantes volvieron a salir a las calles, no a manifestarse por una educación gratuita y de calidad, sino en contra de la corrupción. Algo con lo que no contaba la mayoría de los dirigentes oficialistas y que contribuye a tensionar aún más el clima político.
Con mayor razón, la sensación generalizada del mundo político es que el gobierno debe dar un golpe de timón y la Presidenta retomar el liderazgo, algo para lo que ha recibido apoyo desde todos los sectores. Tanto es así que el ex presidente Sebastián Piñera señaló ayer que "hay que apoyar a la Presidenta para que ejerza ese liderazgo".
En este contexto el analista político Marco Moreno sostiene que sólo la mandataria puede liderar un proceso en el que los partidos políticos sean capaces de llegar a un acuerdo legislativo que establezca prioridades y consensos. Algo en lo que estaba trabajando el titular de Interior, Rodrigo Peñailillo, pero que a juicio de Moreno, tras conocerse las boletas que lo vinculan con SQM "queda en una situación de pie forzado, que le impide asumir la conducción de este proceso".
Adicionalmente, los partidos que dan sustento al gobierno, cual más cual menos, ha sido afectado también por el descrédito de los casos de financiamiento irregular de las campañas.
En nivel de crispación ha llegado a un extremo en que la pregunta es si se podrá salir de la crisis, pero principalmente cómo se hará. Sobre todo cuando en medio de este complicado proceso los estudiantes volvieron a salir a las calles, no a manifestarse por una educación gratuita y de calidad, sino en contra de la corrupción. Algo con lo que no contaba la mayoría de los dirigentes oficialistas y que contribuye a tensionar aún más el clima político.
Con mayor razón, la sensación generalizada del mundo político es que el gobierno debe dar un golpe de timón y la Presidenta retomar el liderazgo, algo para lo que ha recibido apoyo desde todos los sectores. Tanto es así que el ex presidente Sebastián Piñera señaló ayer que "hay que apoyar a la Presidenta para que ejerza ese liderazgo".
En este contexto el analista político Marco Moreno sostiene que sólo la mandataria puede liderar un proceso en el que los partidos políticos sean capaces de llegar a un acuerdo legislativo que establezca prioridades y consensos. Algo en lo que estaba trabajando el titular de Interior, Rodrigo Peñailillo, pero que a juicio de Moreno, tras conocerse las boletas que lo vinculan con SQM "queda en una situación de pie forzado, que le impide asumir la conducción de este proceso".
Nada parece suficiente
A estas alturas no resultó la estrategia de esperar que las cosas decanten, porque no se descarta que cada día aparezca nueva información que pudiera implicar a nuevos actores políticos. Lo de Peñailillo hizo recordar los persistentes rumores acerca de que tres ministros de Estado podrían tener alguna relación con la cuestionada empresa del yerno de Pinochet. Además se desconoce hasta qué punto llegarán los fiscales en sus indagaciones. las señales que hasta ahora ha dado Sabas Chahuán es que se investigará cada arista que pudiera aparecer.
Y aunque nada de lo que haga el gobierno parece suficiente, en palacio han escuchado algunas propuestas del mundo político. Una de las que más se repite es que cuando el Consejo Asesor entregue su informe, la mandataria haga un nuevo reconocimiento acerca de la gravedad de los casos que afectan al mundo político y en particular los que han golpeado directamente a La Moneda.
Pero también se espera que actúe con firmeza liderando propuestas que "duelan" a los políticos y que resulten "ejemplificadoras" para evitar que hechos como los que tienen al gobierno en esta crisis no se repitan.
En el contexto de tratar de disipar la imagen de paralización del gobierno y demostrar que existe interés por buscar una salida al problema, se enmarcaría la cita de ayer de Peñailillo con la CPC, pero también las reuniones que el miércoles sostuvo el brazo derecho de Bachelet con representantes de todos los partidos, en el Congreso.
Aun así la tesis del cambio de gabinete sigue siendo mayoritariamente la más recurrente para superar este episodio. Según Moreno el nuevo impulso que debe tomar el gobierno "pasa necesariamente por un ajuste del gabinete, porque no podrán darlo quienes son parte del problema, ya que la solución pasa por sacarlos a ellos".
Sin embargo, en una postura minoritaria, el ex vocero Francisco Vidal estima que "es el momento menos apropiado para un cambio de gabinete, porque resultaría poco eficiente".
Con su ya conocido optimismo, Vidal tiene la convicción de que "estamos a punto de empezar a salir de la crisis" y la fórmula para ello sería que la Presidenta hiciera un paquete con medidas administrativas y los proyectos propuestos por el Consejo Asesor, convoque a los partidos con representación parlamentaria y suscriban un compromiso de aprobar las iniciativas en 60 días, "como lo hizo Lagos el 30 de enero del 2003" con lo que se saldría del problema y se descomprimiría el escenario político.
A estas alturas no resultó la estrategia de esperar que las cosas decanten, porque no se descarta que cada día aparezca nueva información que pudiera implicar a nuevos actores políticos. Lo de Peñailillo hizo recordar los persistentes rumores acerca de que tres ministros de Estado podrían tener alguna relación con la cuestionada empresa del yerno de Pinochet. Además se desconoce hasta qué punto llegarán los fiscales en sus indagaciones. las señales que hasta ahora ha dado Sabas Chahuán es que se investigará cada arista que pudiera aparecer.
Y aunque nada de lo que haga el gobierno parece suficiente, en palacio han escuchado algunas propuestas del mundo político. Una de las que más se repite es que cuando el Consejo Asesor entregue su informe, la mandataria haga un nuevo reconocimiento acerca de la gravedad de los casos que afectan al mundo político y en particular los que han golpeado directamente a La Moneda.
Pero también se espera que actúe con firmeza liderando propuestas que "duelan" a los políticos y que resulten "ejemplificadoras" para evitar que hechos como los que tienen al gobierno en esta crisis no se repitan.
En el contexto de tratar de disipar la imagen de paralización del gobierno y demostrar que existe interés por buscar una salida al problema, se enmarcaría la cita de ayer de Peñailillo con la CPC, pero también las reuniones que el miércoles sostuvo el brazo derecho de Bachelet con representantes de todos los partidos, en el Congreso.
Aun así la tesis del cambio de gabinete sigue siendo mayoritariamente la más recurrente para superar este episodio. Según Moreno el nuevo impulso que debe tomar el gobierno "pasa necesariamente por un ajuste del gabinete, porque no podrán darlo quienes son parte del problema, ya que la solución pasa por sacarlos a ellos".
Sin embargo, en una postura minoritaria, el ex vocero Francisco Vidal estima que "es el momento menos apropiado para un cambio de gabinete, porque resultaría poco eficiente".
Con su ya conocido optimismo, Vidal tiene la convicción de que "estamos a punto de empezar a salir de la crisis" y la fórmula para ello sería que la Presidenta hiciera un paquete con medidas administrativas y los proyectos propuestos por el Consejo Asesor, convoque a los partidos con representación parlamentaria y suscriban un compromiso de aprobar las iniciativas en 60 días, "como lo hizo Lagos el 30 de enero del 2003" con lo que se saldría del problema y se descomprimiría el escenario político.
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